Da igual si hay una candy bar en tonos verdes o si las flores son las peonias más bonitas que existen sobre la faz de la tierra. No importa si se celebra en una finca, en un campo o en un restaurante.
Tampoco tiene importancia si pondrás banderines o no, si habrá photocall ni si regalaras bailarinas para el momento de soltarse la melena…
Lo que importa es que os queréis y que vais a compartir el resto de vuestra vida juntos, diciendo «Sí» ante tanta gente que os quiere. Será un día más de vuestro amor pero arropados por muchos seres queridos y estando todavía más convencidos de lo mucho que os amáis… ¿no es eso precioso?
Es precioso y va más allá de decoraciones, detalles y muchas más parafernalias que a veces montamos alrededor de las bodas. Detalles que nos llenan pero que si no estamos llenos de amor por dentro, no sirven de nada.
He estado en bodas preciosas donde a los novios se les veía que les faltaba esa chispa de amor, y eso no lo puede poner ni la wedding planner, ni el fotógrafo ni nadie…
Por eso mi consejo es: disfrutad de los preparativos y del camino, pero de la mano, en pareja y queriéndoos mucho, que eso es al final lo que importa.
¡Disfrutad de este día tan mágico!
Qué bonitas palabras Rebeca, qué cuca eres 🙂