Aunque todas las quinielas apuntaban hacia Inma Cuesta como gran favorita para llevarse el Goya a la mejor actriz por «La Novia», al final se lo ha llevado la joven Natalia de Molina por «Techo y comida».
En este film interpreta a Rocío, una madre soltera y sin trabajo que no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio y que tiene que hacer todo tipo de trabajos mal pagados para poder hacer frente a los gastos de manutención y alquiler de su casa. Un drama social que la actriz borda a la perfección.
La de Jaén, que no podía disimular los nervios al enterarse de que era ella la ganadora del Goya, ha recogido la estatuilla enfundada en un primaveral y deslumbrante vestido de pedrería floral y escote en la espalda de Georges Hobeika Couture.
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