NAVIDAD

Que en estos días la vida pasa deprisa.
Desde que empiezan a tocar los primeros euros el día 22 a las cenas, amigos invisibles, brindis, felicitaciones… ¡no nos enteramos de nada!
Con todo el consumismo que parece que rodea a la Navidad, las tiendas llenas, restaurantes que rebosan sus reservas y móviles que no dejan de sonar, vibrar y parpadear, encuentro un sentido a estas fechas, que es el recuerdo.

Recordamos a todos aquellos que no están, a los que se fueron y a quienes están lejos.
Los amigos del cole, los del verano, sin olvidar esos con los que tuvimos el lujazo de compartir un año en otro país; y compañeros de la Uni y el trabajo, personas que has olvidado, incluso, cómo llegaron a formar parte de nuestras vidas.
Es tiempo de volver, como en el anuncio, y reencuentros esperados (otros un poquito más forzados…).
Son momentos especiales que compartimos en familia, con amigos o alguien que ha llegado por casualidad, quizá no tanta, a nuestras vidas.
Y de repente un año nuevo, que llenamos de nuevos propósitos: dejar de fumar, ir al gimnasio… que después de tanto tiempo deberíamos estar escarmentados y llamarlos “propósitos de enero”.
Recordamos dónde estábamos 12 meses antes, nuestras ilusiones y lo que esperábamos. Y vemos lo que hemos avanzado.
Las nuevas personas que hemos conocido y a quiénes hemos perdido.
Todo lo que hemos aprendido, y lo que conseguimos olvidar.
Lo que era importante que ahora es insignificante.
Cuánto hemos reído y tantas lágrimas que no pudimos contener.

¡Y lo lo que nos queda!


¡¡Felices Fiestas y Feliz Año Nuevo!!

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