Aunque me encantaría recorrer la ruta 66 este año no entra en nuestros planes, pero sí bastante carretera.
Ni de pequeña era de las que preguntaban cuándo llegamos-falta mucho-paramos a hacer pis-tengo hambre-dame un chicle. Simplemente me sentaba y mientras viajábamos lo hacía también mi mente mientras yo, adormilada, escuchaba la música que sintonizaban mis padres.
La música es esencial, hay que poner banda sonora al viaje. Nos encanta un disco que regaló la revista Rock Delux hace años -cada una dice una cosa, yo digo que 4 años mínimo- y que ponemos en todos los viajes veraniegos (por favor, volved a editar esos discos!). Nada de la canción de verano, son temazos perdurables en el tiempo como Rama lama ding dong, They are the lonely y una genial versión de Take yo´prise de Camille Yarbrough
Me fío de mi misma, me gusta conducir, pero agradezco buenos conductores que cojan el volante en nuestra ruta de carretera. Y un copiloto,esencial para no ir 20 minutos en dirección contraria tras reponer fuerzas en un pueblo de paso.
Porque la comida está casi al nivel de la música para hacer el viaje placentero. Unas patatas o chuches por el camino y paradas técnicas para coger fuerzas: en El Ronquillo (Sevilla) en dirección a Cádiz; hacia el norte es obligatoria la parada en Alar del Rey, aunque ya no pilla de paso como antes, pero el bocadillo de tortilla de chorizo de La Cueva es famoso entre los amantes de la carretera.
Si el viaje es muy largo no está de más algún juego -si, a nuestra edad-. Con mis hermanos juego a coche amarillo, y puñetazo en el hombro cada vez que vemos uno. El año pasado en dirección Ferrol jugamos a primero en provincia de… y yo siempre perdía.
Y cantar a voz en grito. Os lo he dicho, la música es muy importante.
No es la ruta 66 pero por fin estoy de vacaciones (casi!), y estamos en ruta.
Qué ganas de carretera me han entrado al leer tu post! Aunque creo que mis vacaciones este año no van por ahí ..pero van a ser genuales!!!