15 destinos diferentes y rurales

En pleno Desierto de las Bardenas, en la localidad de Tudela concretamente, se encuentra el Hotel Aire de Bardenas. La construcción, ubicada en mitad de la nada, cuenta con grandes ventales desde los que contemplar el desierto.

Además, tiene unas originales «habitaciones burbuja», con techo transparente para poder ver las estrellas sin rastro de la contaminación lumínica propia de las grandes ciudades. Perfecto para disfrutar en pareja.

Es una de las localidades más famosas de Cantabria y también una de las más espectaculares. Su paseo marítimo es el lugar idóneo para desconectar y durante las tardes y las noches hay mucho ambiente.

Entre sus múltiples monumentos arquitectónicos destaca el Capricho de Gaudí, en la imagen, dirigida a pie de obra por Cristóbal Cascante, amigo y compañero de promoción de Gaudí. Fue una de las primeras obras del artista, construida en 1883 y muy influyente en su posterior obra modernista.

Situada en la provincia de Pontevedra, esta isla está unida a la Villa de El Grove a través de un majestuoso puente. Una de las actividades que puedes hacer sis visitas este lugar es dar un paseo en barcos con el suelo vidrioso para tener una mayor visibilidad del fondo del mar. Su ermita, su paseo marítimo o sus manantiales son otros de los atractivos de la ciudad.

Ubicado en el sudoeste de la provincia de Cádiz, es uno de los típicos pueblos blancos de Andalucía. Si eres de esas personas que buscan un sitio de playa que además tenga alternativas para otro tipo de turismo (museos, iglesias, senderismo…), Vejer de la Frontera es una buena idea.

A escasos kilómetros del núcleo urbano se encuentra la playa de El Palmar, en plena Costa de la Luz, ideal para practicar deportes como el surf o la pesca.

Este Parque Nacional está conformado por unos parajes emblemáticos que harán las delicias de cualquier amante de la naturaleza y la montaña. Declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1997, las rutas son la actividad estrella en esta zona pirenáica. Existen decenas de opciones: para niños, para grupos o familias, de varios días o de pocos kilómetros, seguro que das con la modalidad que más se adecua a tus gustos.

Otra propuesta de turismo rural para montañeros es la Ruta del Cares, una de las más célebres de los Picos de Europa y ubicada entre Asturias y León. Una de las desventajas es el abundante tránsito de gente, sin embargo la espectacularidad del camino hace que merezca la pena.

Es perfecta para hacer con niños ya que no se necesita experiencia previa en la montaña.

Si viajas a Bilbao no puedes dejar de hacer una escapada a esta pequeña ermita situada en el pueblo de San Juan de Gaztelugatxe. Para acceder a ella debes acceder a través de una larga (y empinada) escalera de piedra de 241 peldaños. Evita subir un día de demasiado viento ya que a medida que vas ascendiendo soplará cada vez con más fuerza. Al llegar arriba podrás contemplar el Cantábrico en todo su esplendor.

Esta localidad mallorquina y su puerto son conocidos por su festival anual de música clásica pero ofrece mucho más que eso. Puedes descubrir la ciudad, ubicada en un valle rodeado de montañas de la Sierra de Tramontana, a través del tren que atraviesa Sollér, con vagones de madera y estética vintage.

El Parque Natural de Somiedo, Reserva de la Biosfera, es famoso por sus paisajes, su flora y su fauna (muchos osos se dejan caer por la zona así como ciervos o lobos). Los bosques, lagos, montes y pastos conforman uno de los parajes más espectaculares de Asturias.

A medio camino entre Navarra y el Pirineo atlántico, la Selva de Irati es uno de los mayores bosques de haya y abeto de toda Europa. Otra opción para disfrutar de la naturaleza en un ambiente que nada tiene que ver con el que estamos acostumbrados.

Los alojamientos de la zona son de lo más acogedores y la oferta culinaria también es difícil de rechazar.