Dicen que las infusiones vienen muy bien para el organismo, pero el té verde, aparte de beneficiarnos internamente también nos regala beneficios a nivel exterior.
Y uno de ellos es para la salud de nuestro rostro facial.
Y es que, el té verde contiene un antioxidante que reduce la producción de sebo, la inflamación y el crecimiento de bacterias en la piel.
Calienta un vaso de agua con hojas de té sueltas o una bolsa de té y cuando esté en temperatura ambiente, coge un disco de algodón, humedécelo y aplícalo suavemente por las zonas problemáticas.
¡Empezarás a creer en los milagros!