Cocina Ética

Cada día que pasa nuestro mundo se va convirtiendo cada vez más en un mundo globalizado donde las culturas se entremezclan a una velocidad increíble. Una velocidad que hace que prestemos cada vez menos atención a nuestro alrededor y a lo que nos acontece. Una parte muy significativa de este cambio de costumbres y estilo de vida que existe actualmente es el ámbito de la gastronomía. Actualmente nos encontramos inmersos en una cultura de consumo general, nada exquisito, de grandes superficies y de cosas sin nombre, perdiendo la magia de destinos, nombres y personalidad en general.

Esta situación en la cocina ha hecho que muchas veces olvidemos por un segundo la ética, tan necesaria en un mundo tan efímero como es el de la alimentación, donde los productos van y vienen en su corta vida.

Hay que tener claro unos principios. La ética culinaria no es algo exquisito o difícil de entender, es un conjunto de “buenas costumbres” que todos deberíamos de tener en cuenta: la procedencia de nuestros alimentos, la forma en que han sido traídos hasta el punto de venta, quién se beneficia con su  venta…. Además de otras nociones tan obvias como la calidad o el precio. Si todos respetásemos estos preceptos, nos daríamos cuenta de que, realmente, salimos ganando.

Puesto que la gastronomía es una parte importantísima de la cultura de los diferentes pueblos y base de su desarrollo y alimentación, así como de conocimiento por parte de otras culturas, debería estar mucho más protegido de lo que actualmente está por gobiernos e instituciones. Colocar la ética y la preocupación por la gastronomía al mismo nivel que otras manifestaciones culturales.

Para esto, como bien dicta el “Manifiesto Internacional de la Cocina”, es necesario que todos nos impliquemos de una u otra forma para lograr establecer unos lazos de respeto y respaldo a nuestra gastronomía, un bien preciado de todos.

 

Conciénciate.

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