Que París es la ciudad de moda del amor y la belleza, todo el mundo lo sabe, así como que es la cuidad del lujo por excelencia; sin embargo, pocas personas saben que, además de los maravillosos quesos franceses, existen otras exquisiteces de gastronomía al alcance de todos como un delicioso foie gras, los mas delicados macarons o un sinfín de vinos y demás vicios para el paladar dispuestos a hacernos más placentero nuestro estilo de vida.
En uno de mis viajes a París, me di cuenta realmente de lo anteriormente dicho: que París era la ciudad del amor y la ciudad del lujo. Pero no me di cuenta por sus increíbles avenidas repletas de boutiques de alta costura, sino por un establecimiento que, personalmente, me encandiló, la pastelería-delicatesen Fauchon.
Fauchon reúne entre sus paredes una mezcla de amor y lujo, las identidades más claras de París, en su amor por la gastronomía de lujo, mostrándonos productos que parecen salidos de cuento, de calidad inmejorable y sabor exquisito.
Fauchon surgió a finales del S.XIX, cuando su creador, Auguste Fauchon decide en 1886 crear una bodega en la plaza Madeleine de París. Con las nuevas modas, esta bodega fue reconvirtiéndose en los años 20 en el salón de té de moda y ha ido evolucionando hasta nuestros días convirtiéndose en lugar de referencia para los amantes de los pequeños placeres. En sus mesas podremos degustar los mejores chocolates, las más finas especias, suave foie gras… todo esto bañado por vinos y champagnes de categoría.
En esta visita a Casablanca, me encontré con una de las mejores cosas que tiene la ciudad. Un Fauchon aún más bonito que el de París y no puede menos que visitarlo y, cómo no, degustar uno de sus famosas delicatesen, los macarons de colores, el día de mi cumpleaños, qué mejor regalo…
