Mirada de escándalo con Pestañas Premium

Hoy en el blog os muestro mi último descubrimiento para tener una mirada de infarto. Quedaos a descubrir todo lo que os puede ofrecer Pestañas Premium. ¡Querréis pedir cita según terminéis de leer este post!

A principios de julio (¡qué ganas tenía ya de poder contaros!) tuve la suerte de conocer de primera mano uno de los centros de belleza Pestañas Premium. Tras probarlas durante 2 meses he visto conveniente y beneficioso para todas que os cuente mi experiencia al detalle.

Siempre tuve ganas de probar un tratamiento de estética de este tipo, pero el miedo a que dañase mi pestaña natural me frenaba una y otra vez. Sin embargo, tras las recomendaciones de varias amigas (algunas de ellas del sector nupcial) decidí animarme y me acerqué al centro que Pestañas Premium (firma especializada en extensiones de pestañas de altísima calidad y en tratamientos estéticos de la mirada) tienen en La Moraleja -Centro Comercial El Bulevar- donde me sentí como en casa.

No buscaba un cambio radical, así que me decidí por unas extensiones de pestañas que supusieran una mejora intermedia y natural en cuanto a cantidad y largo.

El proceso, la verdad, parece sencillo pero requiere una técnica trabajada y fina. Las extensiones se aplican pelo a pelo sobre la pestaña natural mediante unas pinzas especiales que previamente han sido esterilizadas. Las extensiones están hechas de fibras de seda y visón y el pegamento también ha pasado por un estricto control de sanidad. Por lo que es prácticamente imposible que os pueda causar una reacción alérgica, cosa que a mí me preocupaba bastante teniendo en cuenta la dermatitis atópica tan agresiva y «susceptible» que convive conmigo desde la niñez.

La variedad de largo, grosor y curvatura lo elige la profesional, teniendo en cuenta el efecto final que desee la clienta y de ahí dependerá el tiempo de tratamiento. Lo habitual es tardar entre 40 y 90 minutos. Como ya os he comentado, yo me decanté – como es habitual en mí – por un look muy natural, que enfatizase la mirada sin que el cambio resultase un shock.

Y por eso, quise sacar estas fotos del antes (las dos fotos siguientes) y el después para que pudierais comprobar y valorar el resultado vosotras mismas, con la cara lavada a excepción de un gloss labial rosado. Sin filtros, sin photoshop, natural como la vida misma.

Y este verano ha sido una gozada. Una auténtica gozada poder olvidarme, al menos durante un tiempo, de la máscara de pestañas y el rizador.

La duración, como ocurre con casi todo, dependerá en gran medida de cómo las cuides, del estilo de vida de cada persona y, por supuesto, del crecimiento de la pestaña natural. Pero por norma general tienen un ciclo de vida de 3 a 6 semanas.

También es importante que sepáis que a medida que va pasando el tiempo, las extensiones se van desprendiendo de la pestaña natural y será necesario acudir al centro de estética cada 3-4 semanas para repoblar las zonas vacías.

Para Pestañas Premium, es más que un tratamiento de belleza, lo definen como una experiencia y doy fe de ello. Durante el tiempo que estuve allí no sentí dolor en ningún momento, que sé que muchas me lo preguntaréis.

Desde La Champanera os animo con los ojos cerrados (nunca mejor dicho) a que probéis cualquiera de sus tratamientos. ¡Quedaréis encantadas con su profesionalidad y calidad!

¡Y a lucir pestañas!

Un besote enorme, Ana.

Créditos de fotos: Sara Lobla

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