Una boda al aire libre

Este reportaje lo protagoniza una preciosa boda al fresco, donde la naturalidad y el espíritu relajado de los novios protagonizaron una celebración llena de alegría, emoción y mucho estilo. Una boda al aire libre al más puro estilo «Sueño de una noche de verano».

Cristina y Francisco se conocieron por medio de una amiga en común, y después de coincidir muchos días estudiando en la biblioteca de la Universidad Autónoma de Madrid, surgió la chispa.

Él le pidió matrimonio mientras Cristina cerraba la puerta de su casa, y allí fue dónde se encontró el anillo, en la propia puerta. Y el pasado 23 de julio lo celebraron por todo lo alto.

Para el gran día, Cristina eligió un sencillo pero elegante vestido de Beba’s Closet, en crepe de seda con gran caída y la silueta bien entallada.

Tenía unos pliegues recogidos en la cintura, un generoso escote tipo rombo en la espalda y unos elegantes y delicados detalles bordados en flores de organza y piedra en blanco, pero con pequeños toques de color en hombros y espalda.

A la novia le hacía mucha ilusión llevar algo de su abuela, quien le prestó unos preciosos pendientes de diamantes y una pulsera de brillantes y esmeraldas. Unos accesorios perfectos que iban a la perfección con el vestido.

Vistió sus pies con unos fantásticos zapatos de Jimmy Choo a juego con su esmalte de uñas, dando así un toque divertido.

De la peluquería se encargó Marieta HairStyle y del maquillaje Alessandra Santi, trabajando el rostro de manera muy natural y dando gran luminosidad a la mirada. El ramo era de flores silvestres, en sintonía con el espíritu de la boda al aire libre, muy al estilo campestre. Lo hicieron Las Flores de Lola. 

Contrajeron matrimonio en la Basílica Pontificia de San Miguel, y lo celebraron en el Soto de Mozanaque, una espléndida propiedad de los Duques de Alburquerque en la localidad madrileña de Algete. Una boda cargada de romanticismo y  aire bucólico.

De la decoración floral se encargó Llorens y Durán que hicieron un trabajo magnífico tanto en la ceremonia como en el banquete. Elevando la decoración floral al máximo rango de la expresión artística. Literalmente introdujeron la naturaleza en el propio evento.

La pareja delegó la gastronomía al Catering Mentidero de la Villa, que además dispone de su propio restaurante en la capital. Los invitados y los novios quedaron encantados con el resultado, platos sabrosísimos y de excelente materia prima.

El momento del vals es siempre muy emotivo en una boda. Francisco y Cristina eligieron para este momento la canción Your Song de Elton John y así, como ya marido y mujer, abrieron el baile.

Luego, la novia, que siempre había soñado con el momento de lanzar el ramo, lo dividió entre su hermana Sofía, su prima Carolina y luego entre sus tres mejores amigas. ¡Todas contentas!

La organización de la boda y su resultado fue en gran medida gracias al talento y la experiencia de Cartu Calderon de Aguinaga, de Flatmingo. Se encargó de que todo saliera a la perfección, no faltara detalle y sobretodo que la celebración fuera lo que los novios querían: un éxito.

Siguiendo la pasión de los novios por viajar, quisieron diseñar los meseros con escenas de animales e Invitarte lo hizo realidad, quien además se encargó de toda la papelería de la boda.

«Fueron magníficos, se portaron en todo momento fenomenal con nosotros, incluso cuando tuvimos que hacer cambios precipitados por el cambio de celebración, siempre fueron muy atentos, cercanos y cariñosos con nosotros» – me cuentan los novios.

Al final de la boda, obsequiaron a los invitados con abanicos, pais-pais para invitadas y las clásicas alpargatas.

Flamintgo sorprendió a los novios con un photocall ideal al aire libre, ¡vespa incluida!, que fue un éxito absoluto.

Una boda tan especial necesitaba de un reportaje de bodas que captase tanta emotividad y felicidad, Cristina y Francisco confiaron en Prisma Blanco que sacó unas fotos ideales.

Espero que hayáis disfrutado como yo de esta boda tan ideal.

Un besazo, Ana.