Entrevista: Beatriz Rodríguez-Gimeno / Fotografía: Laura Malandrino
Con tan solo 32 años, Lucas Vidal puede presumir de tener una carrera llena de éxitos. El compositor español, que estudió en la prestigiosa Universidad Berklee College of Music gracias a una beca, recibió su título de licenciatura con Summa Cum Laude y se convirtió en el estudiante más joven de la historia de la Universidad en hacer una película con una gran orquesta. Por si esto fuera poco, en 2013 también se proclamó como el compositor más joven de la historia de Hollywood en ponerle banda sonora a una superproducción (Fast & Furious 6). Ha grabado más de 100 sesiones de orquesta, le ha puesto música a 20 películas y acaba de ganar dos Goyas: el primero por la canción «Palmeras en la nieve», que compuso junto a Pablo Alborán, y el segundo por «Nadie quiere la noche», película con la que se alzó con el título de Mejor Música Original. Y, aunque derrocha talento, tiene claro que para triunfar hay que ser constante y trabajar muy duro (premisas que le han llevado a tocar el éxito tan joven). Y es que, el tesón, el esfuerzo y la pasión que le pone Lucas Vidal a todo lo que hace no podían dar otro resultado.
Sabemos que tu pasión por la música nace desde muy temprano y que en tu casa siempre ha estado muy presente. Pero, ¿sabrías decirnos en qué momento decidiste que la música era lo tuyo y que querías dedicar tu vida a ello?
Siempre me gustó tanto la música que sabía que de alguna u otra forma iba a estar involucrado en algo relacionado. Pero creo que el momento en el que dije «Lucas, esto es lo tuyo, ¡a por todas!» fue con 15 años, cuando fui a un curso de verano en Berklee College of Music. Tenían especialidades muy interesantes, entre ellas música para cine, y ahí supe que era eso lo que quería hacer.
¿Por qué, pudiendo haber escogido otro género musical, te decantaste por la composición de música para películas? ¿Siempre lo tuviste claro?
Siempre me gustó mucho, pero una vez empecé a estudiarlo en Berklee, cuando ya terminé bachillerato, me reafirmé en la idea de que era lo que más me podía gustar como carrera.
¿Qué compositores, tanto clásicos como contemporáneos, han influido en tu vida y en tu carrera?
De todo un poco. Desde Bach, pasando por Tchaikovski, Prokofiev, Alberto Iglesias o Armin Van Bureen (sí, sí, ¡el del trance!).
¿Es cierto eso que dicen de que el artista tiene más creatividad cuando se pone el sol? ¿Te sientes identificado con este dicho?
Jajaja, ¡ojalá! Desde luego en mi caso no es así, ¡no tengo tiempo para estar esperando a que se ponga el sol! Siempre tengo que hacer una media de tres o cuatro minutos al día de música, y la inspiración, como bien dijo nuestro amigo Picasso, me pilla trabajando siempre.
¿Cómo es un día normal en la vida de Lucas Vidal?
Me levanto y desayuno una tortilla, zumo y té negro. Voy al estudio, me tiro allí todo el día básicamente, y luego vuelvo a casa a dormir. Tampoco es nada del otro mundo, la verdad.
¿Qué se siente al recibir un Goya (en tu caso dos)? ¿Uno se relaja pensando que lo está haciendo muy bien o, por el contrario, se siente aún más responsabilidad ante los próximos proyectos?
Me hizo mucha ilusión, como es lógico, pero creo que en el mundo del arte no hay ganadores ni perdedores. No creo que me haya cambiado mucho la vida, excepto en el hecho de que la gente puede saber más acerca de mi trabajo.
Cuando recogiste tu primer Goya se lo dedicaste a los jóvenes para que luchasen por sus sueños. ¿Qué consejos le darías a un chaval joven que se inicia en el mundo de la música?
Pues les diría justo el mismo speech que di, el de luchar por los sueños y no quedarse soñando. Esforzarse al máximo y aprender muchísimo, desvivirse por la pasión y aprovechar la vida a tope.
Aunque muchos te conocerán por haberle puesto música a «Palmeras en la nieve» o «Nadie quiere la noche», tu trayectoria profesional viene de mucho más lejos y también has creado bandas sonoras de superproducciones de Hollywood como «Fast & Furious 6». ¿Qué diferencias encuentras entre trabajar en España y en Estados Unidos?
Normalmente suelen pedir más cambios en el cine americano, ya que suele haber más filtros (estudio, productora, etc.), mientras que en España la relación con el director es más estrecha y directa.
¿Cómo es el proceso de componer una banda sonora?
Me leo el guión, ruedan la película, la editan, la veo con el director y ahí decidimos donde poner y no poner música. Hago las maquetas, las grabo con orquesta, se mezclan, luego viene la mezcla con el resto del audio (voces y efectos sonoros), y a la première a verla nerviosísimo.
Además de componer bandas sonoras también has dirigido varios conciertos en homenaje a John Williams. ¿Qué se siente al conducir las obras de un genio como él?
¡Es una autentica maravilla! Me encanta su música desde que era muy pequeño y siempre ha sido mi sueño poder dirigirla.
¿Volveremos a verte pronto en esta faceta de director?
Jajaja, ¡sí! Sorpresa, sorpresa…
Si se pueden contar, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
Terminé una película de Mateo Gil muy bonita y ahora ando con la empresa de tráilers. También acabo de terminar un Ballet para el Boston Ballet y tengo dos proyectos muy chulos para este verano que ya os iré contando.
Para finalizar, ¿cómo te ves dentro de unos años?
Igual pero con un peinado diferente, supongo.