Hoteles con encanto -Mamá trendy

De sobra es conocida mi pasión por encontrar aquel hotel con encanto, en el que solo podemos estar un número reducido de huéspedes, lleno de pequeños detalles. Y siempre que tenemos que planear un viaje o que pedir algo a los Reyes Magos, pongo la maquinaria a funcionar y en el propio buscador de google busco: hoteles con encanto. Aparecen infinidad de ellos, aunque hay que hacer un buen barrido ya que muchos no corresponden con tal denominación.

Cuando nos escapamos a Lisboa dediqué mucho tiempo en encontrar el hotel perfecto, al final, después de mucho buscar, encontré un antiguo palacete en medio de la propia Lisboa que resultó ser una de las mejores escapadas que hicimos. ¿Recordáis el post? Claro, que soy fan absoluta de Portugal y es imposible no encontrar un hotel con encanto. Recuerdo perfectamente el Palacio Ramalhete. A todo el mundo que le mando ahí, vuelve enamorado. Y no es de extrañar.

Pero para este viaje no nos queríamos ir muy lejos. Este verano había descubierto varios artículos que hablaban de la Toscana española. Y tenía una necesidad imperiosa de conocerla. Además, siguiendo a Rusticae por instagram, descubrí un hotel del que me encapriché (para variar). Distinto a todos los que había visto, el Hotel Consolación. Y así hicimos, pedir a los Reyes Magos este viaje. ¡Un viajazo!

Creo que nunca había visto nada tan bonito como la Comarca de Matarraña y eso que aún nos queda mucho por ver. La zona del hotel, espectacular, situado en Monroyo. Recorrimos Valderrobres y Beceite. Este último, ¡inolvidable! Encontramos un lugar precioso para comer, un hotel restaurante que era una antigua fábrica de papel llamado La Fábrica de Solfa. Y, allí mismo, nos dijeron que no nos podíamos ir de allí sin antes recorrer una de las rutas más bonitas: El Parrizal, un paseo de una hora y media de duración (más regreso) sin especiales dificultades, salvadas por diversas pasarelas a lo largo del camino. Pozas, estrechos y cañones, la presencia de las espectaculares agujas llamadas Les Gubies… En definitiva, un paseo entre rocas y agua que quedarán grabados en la retina para siempre.

Pero nos faltaron tantos lugares que tenemos que visitar dentro de poco y esta vez lo haremos con los niños porque estamos seguros que les encantará. No hay más que llevarles en busca de los restos del dinosaurio saurópodo más completo encontrado en España, el Tastavinosaurus. Vamos, que no faltaremos a nuestra cita con el Dinópolis de Tastavins.

Quién sí nos acompañó en este viaje ha sido nuestro querido Gómez. Estamos seguros que pensaba que qué había hecho él para merecer tal regalo y no es de extrañar. Creo que ha disfrutado tanto o más que nosotros.

¿Os han entrado ganas de ir? Pues no lo dudéis.

PD: He perdido todas las fotos pero no quería dejar de compartir este post con todos vosotros para que os apuntéis un día de salida para conocer esta zona casi desconocida del Bajo Aragón, ¡un paraíso!