Cuando notas que una parte de tu vida se apagado de repente, que por dentro ya no brilla la misma luz que antes brillaba. Es curioso como desaparece alguien que ha estado siempre en tu vida, y sabes que no vas a volver a verle nunca más. Alguien a quien has querido, a quien por una cosa o otra te une algo. Pero todavía es más extraño cuando tu parte que se fue ya no volverá más, porque sabes que en un rinconcito de tu alma, algo ha desaparecido y está completamente vació. Me refiero a que con sólo buscar un álbum de fotos puedes verle toda la eternidad, pero sabes que no es lo mismo que cuando una persona estaba con nosotros. O cuando miras vídeos y puedes escuchar su voz, verle moverse, es inquietante pero a la vez algo maravilloso, porque tienes un recuerdo que nadie jamas podrá tener.
Muchas veces pienso que la vida se esfuma en un soplido de aire, que es tan frágil, que la gente la puede manejar a su antojo y hacerte daño cuando quieran porque la vida cuelga de un pequeño hilo que tu no ves. Y cuando quieres darte cuenta ya es tarde, porque las personas a las que has querido siempre ha tu lado, se han ido con su ultimo suplido. Es curioso, supongo que en está ocasión no sabes que hacer y al final tienes dos opciones: Lamentar o Celebrar. Lamentando nunca conseguirás que vuelva, celebrando lo que esa persona vivió contigo alientas al tiempo, y a esos años, esas sonrisas vividas y lo bien que te lo has pasado al lado de esa persona. Pero bueno el tiempo da espacio suficiente a cada cosa, todo vuelve a su lugar, y al final cuando alguien se va, o cuando una relación se rompe. No sé como pero con el paso del tiempo las cosas buenas cobran más importancia. Quizás no es que la cobren como por arte de magia, sino que acabas borrando las cosas que un día te preocuparon y no recuerdas los momentos mágicos vividos. Y estás lineas van dirigidas, a mi madre que murió hace 8 años, y que la echo muchísimo de menos, cuando su mirada era pura magia, que no hacía falta que dijera nada, para expresar lo que sentía. A mi abuelo, que no llegué a conocerlo, porque murió cuando yo era muy chiquitita, a mi abuela materna porque sé que aun que no te has ido, hace 10 años que no nos vemos. A mi tía Viki, porque la amo y un cáncer se la llevo, hace 1 año y te sigo echándote muchísimo de menos, gracias por cuidarme y por hacerme reír tanto. Y a todas esas personas que me cuidan desde el cielo.
Con amor,
Marta
