Otra vez a la Uci…

He vuelto a cruzar esa puerta. La puerta de la Unidad de Cuidades Intensivos neonatales del Hospital de la Paz. Y esta vez lo he hecho con una cámara. Como periodista. He vuelto a la tele y el destino me estaba esperando. Un nuevo quiebro, un nuevo guiño. El destino existe, no creo en las casualidades.

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Me llamaron para trabajar en un programa de Salud que se va a estrenar en TVE dentro de poco y después de un año tan intenso emocionalmente encerrada entre 4 paredes decidí que necesitaba recuperar mi autoestima profesional. Fue un “sí” rotundo, he vuelto con mucha ilusión. Un programa que me gusta, con compañeros que me gustan, un regalo emocional ahora mismo.

El director buscaba grabar un reportaje sobre el día a día de una enfemera y yo propuse grabar el de una enfemera de la uci neonatal. Le encantó la idea. Asi que ahí fui yo, con mi compañero, cámara en mano, a contar con el corazón lo que se vive allí dentro. En el pasillo me crucé con Felix Omeñaca, director de la unidad, al que adoro: “Te tenemos ganada para la causa” bromeó comigo.

Cruzar esa puerta es retroceder en el tiempo. Es volver a otro mundo. El de pitidos, manos diminutas y pequeños supervivientes. Otra vez ese lugar en el que la luz natural se ve por la ventana. Todo pasa al otro lado de la ventana. Dentro el tiempo está detenido.

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Tenían previsto que grabasemos a un bebé pero se puso malito y sus padres no accedieron. Asi que la persona de prensa habló con varios papás y a última hora consiguió la autorización de uno.

“Esta es la incubadora que vamos a grabar” me dijo la supervisora de enfermeras. Fue girarme y quedarme sin aire. Literalmente se me paró la respiración. Por un momento pensé que era una terrible broma del destino. ¿Existe la casualidad? ¿Existe el destino?

302.3. “Esta?????, esta  es… balbuceé… la incubadora de… Bárbara” Me quedé allí parada, mirando. Ese era mi sitio, mi rincón, mi silla. 302.3. Y yo, cuatro meses después, tenía que grabarla para hacer un reportaje. ¿Cuántas incubadoras hay en ese hospital? ¿como es posible que me tocara esa? Aquel rincón en el que pasé tantas horas haciendo el canguro… ahora ocupado por otros.

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Y dentro un bebé minúsculo. Como un día fue mi hija. Pero ya no era Bárbara. Era otra niña, otras manitas diminutas, otros pulmones con problemas para respirar, otros pies que se movían despacio. “Tú también saldrás de ahí”, le dije: “confía, lucha, no te rindas”

Volver a la unidad de cuidados intensivos con una sonrisa. Con la foto de Bárbara en el móvil. Para presumir de ella con las enfermeras, para decirle a otros padres que están allí dentro: mira tu hija será así dentro de nada. No pierdas la esperanza, se sale de aquí. Me sonrieron. Me dieron las gracias. Sé que ver otros finales felices ayuda mucho. A mi también me pasaba.

302.3. No pude llorar, no me lo permití. Estaba centrada en grabar, en contar, en trabajar…

Pero salí de allí cargada de recuerdos. Otra vez volvieron. Recuerdos que duelen, imágenes duras, momentos tristes… estaban allí, pegados en las paredes, en el aire… fue entrar y volver a verlos…

Salí tocada. Feliz por haber podido trabajar como periodista en un lugar que para mi significa tanto. Pero tocada.

Ese día volví corriendo a casa. Tenía un nudo en el estómago y la necesidad vital, imperiosa, de abrazar a mi hija. Me he pasado todo el fin de semana pegada a ella, achuchándola más que nunca. Terapia de abrazos y besos y de susurrarle al oído: gracias.

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Gracias por enseñarme a luchar. Gracias a por luchar tú también.

Gracias al destino por no dejarme olvidar. Creo que todo pasa por algo. Y la incubadora 302.3 me recordará siempre… que tengo que dar las gracias.

17 comentarios en «Otra vez a la Uci…»

  1. Pues sí, el destino quiso que volvieras allí, es posible que esas familias no supieran toda tu historia cuando entraste, pero seguro que cuando saliste se quedaron mucho más tranquilos al saber que ya «conocían» a alguien que directamente había pasado por lo mismo que ellos y con un final feliz.

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  2. Hola, tu post me ha llegado al corazón…estoy pasando por esto ahora mismo, y puedo decir que está siendo la peor experiencia de mi vida. Mi hija nació el miércoles, es una prematura madura con problemas respuratorios. Ayer, le quitaron el tubo y fue todo una fiesta. Cada pasito que da, por muy pequeño que sea nos abre un hilito de esperanza. Espero que dentro de poco, pueda contar mi experiencia como tú lo estás haciendo! Te felicito por tu trabajo y por contar al mundo entero el trabajo de estos profesionales, sean de donde sean, que adoran a nuestros bebés como si fueran suyos! Mucho ánimo para todas las mamás y mucha fuerza para estos bebés valientes y luchadores!

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    • Mucho animo a todas las que pasais por esto. Yo lo pase. Cuando ocurrio senti muchas cosas, y cada avance lo celebre michas veces con lagrimas. Parece que nunca vas a salir de alli, pero llega un dia en que por fin te puedes ir a casa. Hoy mi hija tiene 10 años, hace poco la lleve a ver a los prematuros, para que viera como fue ella. Fue muy emocionante para mi. Pero para los padres que habia alli fue un subidon. Animo y fuerza

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  3. Ufffff menuda casualidad, ¡los pelos como escarpias! Estoy segura de que tu visita ha sido un halo de esperanza para los padres que están ahora ahí…

    ¡Qué ganas de ver el programa! Un abrazo enorme para ti y otro para Bárbara,

    María

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  4. El destino es así. Y te hace ver hay que aprovechar cada segundo.

    Mi peque, de 4 añazos ahora, estubo 6 días en incubadora, con oxígeno, cables y antibióticos. Sólo 6 días que fueron interminables. No pude cogerlo hasta pasadas las 72 primeras horas. Pensar en meses se me hace complicadísimo.
    Recuerdo perfectamente el día que al salir de la sala de sacarme leche otra mami me dijo… Os han dado el alta! Tu marido a ido a buscarle ropita.
    Casi muero de alegría.

    Y los achuchones son la mejor cura 🙂

    Un beso.

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  5. Bonita historia. Sólo hay un comentario que puedo hacer, relativo a dar esperanza a otros en base a nuestra experiencia: es necesario hacerlo, pues en esa situación el infierno es esperar donde no hay esperanza.
    Aunque también es necesario mantener cierto grado de cautela, ya que las cosas se pueden torcer y un niño que está ingresado de repente empeora y se muere. Pasa a diario. De ahí que los médicos y miembros del personal sanitario sean relativamente cautos con la información que dan, racionando las esperanzas… ya que estadísticamente siempre hay un riesgo de muerte cuando uno entra en un hospital.

    Saludos, espero y deseo que tu hija crezca fuerte, sana y muy feliz, de parte de un tío de una criatura que nació más muerto que vivo con 7m y en nada cumple un año fuerte como un toro!!

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  6. UFF…me has puesto los pelos de punta…yo tam`poco creo en las casualidades, y me encanta tu espiritu positivo, de lucha, de no sentirte victima del destino. Gràcias por recordarme que debemos dar las gràcias de todas esas situaciones que nos enseñan. Besos

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  7. Cuanta emoción, he llorado.
    Bárbara en nada, como su nombre indica, estará como como un roble y como cualquier niña de su edad.
    Ha tenido que ser una mezcla de emociones..
    Vanesa, tu niña seguro que pronto también en casa
    Un abrazo muy fuerte madres coraje!

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