Hay casas cuyo encanto no reside únicamente en su decoración sino también en los espacios singulares que las albergan. Es el caso de esta antigua estación de ferrocarril en Suecia que, tras caer en desuso, fue transformada en vivienda familiar. Me encanta la naturalidad con la que objetos traídos de aquí y de allá se mezclan con la base histórica del espacio. El resultado es una casa bonita, real y muy vivida que espero que os guste tanto como a mí. ¡Un besazo y feliz miércoles! :)
Me ha encantado porque no es la típica casa nórdica, los detalles étnicos hacen que se respire una atmósfera muy especial.
Es chulísima. A menudo se ven casas muy bonitas, pero que en la práctica no son muy «reales o cómodas» para vivir en ellas, ésta es una casa para disfrutarla.
Besos.
Gemeladas