¡Una boda real!

Buenos días winelovers, como el buen tiempo ya parece que ha llegado para quedarse unos meses (con tormentas entre medias, para que no nos mal acostumbremos) vamos a hablar de la época que comienza junto al buen clima: BBC’s.

Exacto. Bodas, bautizos y comuniones. Ahora es el momento en el que muchos vamos a empezar a recibir invitaciones de amigos que se casan, niños que son bautizados y otros que toman su primera comunión.

En nuestro caso, nosotros ya hemos recibido la invitación para asistir a una boda muy esperada. Una amiga se casa por todo lo alto. Quiere celebrar su amor con todos sus amigos y ¡eso nos hace sentir muy afortunados!

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En una boda no falta ni el vino, ni el champagne, ni las copas de después… es un evento en el que el brindis se repite varias veces a lo largo de las horas. Es un acto en el que todo el mundo se luce, (empezando por la novia), todo el mundo se ríe, se emociona, se ilusiona, recuerda, añora y disfruta.

Para los novios es un día de emoción después de meses de “sufrimiento”… el vestido, el sitio, el catering, ¿qué hago con los niños de mis invitados? El DJ, los buses, las flores… (en otro post profundizamos). Pero en el momento en el que salen del lugar donde se han dado el “sí, quiero” empiezan a disfrutar. Todo lo anterior se les olvida. Sonríen, abrazan, brindan…

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Much@s sueñan con una boda como la del Príncipe Felipe y la Princesa Letizia (salvo por la lluvia, eso no lo quiere nadie). Una boda de cuento de hadas. Una Boda Real. Lo cierto es que no hace falta ser ellos para hacer de nuestra boda una boda real. ¡Tenemos lo mismo que ellos, o incluso más! Tenemos familia -quizá menos numerosa, pero la tenemos. Tenemos amigos –no de la aristocracia, pero nos quieren, que es lo importante. Tenemos flores –tal vez cortadas del jardín, pero huelen de maravilla. Tenemos banquete –tal vez con un menú más sencillo, pero rico-rico (como diría un famoso cocinero de la TV) . Tenemos compromisos – quizás los amigos de tus padres no pertenezcan a otras casas reales, pero te pesan como una corona. Tenemos vino –sí ¡el mismo que en las Bodas Reales!… ¿cómo?

En la cena previa a la boda de los Príncipes de Asturias el único vino tinto que se sirvió fue el rico vino Matarromera. Y podemos comprenderlo, ya que su color amoratado nos indica la elegancia y la complejidad que contiene. Nosotros también podemos brindar con él (en una boda o ¡donde mejor nos venga!). Esta semana está en vente-privee a un precio que quita el hipo.

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¡Feliz miércoles a todos! Y permitidme que diga ¡Felicidades Marieta y Alex!

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