chovinismo

Ahora que tenemos París hasta en la sopa -de cebolla, s´il vous plaît- con su Fashion Week, las parisinas como referente de moda en las calles y su estilo de vida como envidiable tras el lanzamiento de «How To Be Parisian Wherever You Are», pienso que aquí también tenemos eso y mucho más.

Permítanme un chovinismo ibérico por un momento, que no van a ser ellos los únicos.

paris
fotografía Alicia Villar

Aquí también tenemos gastronomía en todas sus expresiones. No sólo de tapas vive el sevillano ni de callos el madrileño. Que un desayuno mediterráneo de fruta, café y pan con aceite y tomate sabe mejor aquí. Se me ocurre tomarlo al sol, a nuestro sol incluso en invierno, en la terraza de Otras Luces (Plaza Mayor, Valladolid) o churros y porras con chocolate, en San Ginés, de toda la vida (Pasadizo San Ginés 5, Madrid).

Si te quieres ir de tapas tienes La Latina en Madrid con Txirimiri (Humilladero 6, Madrid) y ese increíble pintxo de solomillo de buey. Así, para empezar. También puedes irte al Húmedo en León y saltar de bar en bar, o nos vamos a Donosti, a Iturrioz (San Martín 30) o San Marcial (San Marcial 50). La oferta no puede ser más amplia de un extremo al otro del mapa.

¿Macarons de La Dureé? ¿una reserva en Au pied de cochon? Un fin de semana, quizá, pero para el resto de mi vida póngame gazpacho, cochinillo y tortilla de patata. Clichés a un lado, lo bien que se nos da la fusión e innovación nos lleva a tener los mejores cocineros del mundo. Que si escuchas «cocina francesa» suena a desfasado, a mantequilla y cubertería de plata.

Y quiero comer a tu lado. Con tenedor de madera si hace falta, como las ensaladas de Panela and Co (López de Hoyos 10, Madrid). Porque aunque las parisinas, dicen, lo hacen todo mejor – fuman mejor, se despeinan mejor -, no te cambio por nada. Y aquí también tenemos nuestro estilo de corte internacional. De camisa masculina y pelo largo. De zapatillas o tacones, tú eliges. De moda española, de Zara, Del Pozo, Aristocrazy y Pretty Ballerinas.

Porque me dices las cosas tal cual son y no te escondes. Aquí es mejor ser que parecer y parecemos impecables, imagina el resto. Tenemos un punto de locura que siempre está bien y buenas costumbres como la caña al salir de la oficina o quedar a tomar café sólo para vernos las caras. Porque si se ve el sujetador bajo la camisa no es una preocupación y cuando queremos algo allá vamos, con o sin ejército detrás, pero con toda la artillería. Bebemos vermú con aceituna, volvemos a casa cuando la luna se esconde y nos enamoramos con pasión, que cuando la española besa…Y parecerá un tópico, pero nos gusta la siesta -mejor en compañía- y todo lo arreglamos con un gintonic, por qué no.

¿Aullure parisino? Au revoir mes amis!

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