«Italia siempre serás tú»
Lo dejó escrito en un papel que estará medio amarillo entre las páginas de un libro.
«Es difícil entrar en el corazón de una vallisoletana, pero más difícil es salir»,
escribí yo unos meses después, poniendo punto y final.
escribí yo unos meses después, poniendo punto y final.
Pero los puntos alargados en el tiempo a veces se hacen suspensivos, y años después nos volvimos a encontrar. Parecía todo igual, pero los ojos que se miraban eran distintos.
Para celebrar el encuentro nos fuimos a comer. Es lo que siempre hacíamos allí, comer juntos, uno frente a otro, con la botella de vino chianti en el centro e Italia sobre los platos. Pero Madrid es Madrid, y a estos nuevos ojos les apetecía tortilla de patata.
Llegamos a la ardosa un poco pronto, y la verja aún estaba bajada. El calor de agosto era insoportable, así que nos metimos en el primer bar que pillamos de Fuencarral (no recuerdo el nombre). Allí cayó el primer pincho, y los primeros vinos a las 12:00 a.m.
La Ardosa es un bar de los de toda la vida (C/ Colón, 13). Su tortilla es como la de mi madre, como la de la tuya.
– A ti te gusta con los dedos y para desayunar, pero esto es lo que hay- Y yo sonreí. Es una de mis manías preferidas.
Es un bar de los de siempre, con records de cerveza en las paredes y botellas cubiertas de polvo en los estantes. Aquí la tortilla se toma con vermu de barril, o con una caña bien tirada de 0,5 l.
En una buena cata, hay que probar más de dos tortillas, así que de nuevo en el coche, capota bajada, nos dirgimos al tercer templo tortillil: Sylkar (C/ de Espronceda). Estaba cerrado.
Si alguien prueba esa tortilla, ¡que me cuente!, yo me quedé con las ganas.
Todo amante de este manjar español sabe que en Jose Luis está riquísima, aunque siempre con tenedor. Allí terminó nuestra cata, frente al Bernabeu, con Italia en el corazón, y España en la boca, y en los ojos.
¿Alguna recomendación de «la mejor tortilla de patata»?
¡Feliz día!
*Sigo a la búsqueda de
la tortilla perfecta!
Buff, la de mi suegra, jajajajaja, pero esa te queda un poco lejos, pues la verdad es que nunca he comido ninguna en restaurante que estuviera más buena que las que he comido caseras…
besines
jajaja ahí te tengo que dar la razón…tengo suerte porque la de mi madre está de morirse también!
Oye, que si tu suegra me invita… 😛
Pues yo leyendo hoy tu blog he pensado en Italia y eso que no he estado…aún, pero es uno de mis viajes soñados…en fín, alguien con nombre italiano también he rescatado por un momento de mi mente…pero eso es otra historia. Y a la tortilla de patata habría que hacerle un monumento, o por lo menos la ola cada vez que nos sentamos a degustarla. Marga..
pues querida marga, tienes que ir, sin ninguna duda!! Y cuando lo hagas, estaré encantada de hacerte alguna recomendación imprescindible 😉
y si es una historia bonita, soy toda oídos!
ole!ole! otra fan de la tortilla!!