Una tarde de belleza en Tacha

La semana pasada L’Oreal me convocó para descubrir en uno de sus centros asociados 2 de sus nuevos tratamientos. ¡No te los pierdas!

Martes 7 de julio. L’Oreal. Me recogen en casa a las 16:30 para llevarme a Tacha. Así estaba apuntado en mi agenda de la vieja escuela, de decir, impresa. Reconozco, tras una inevitable selección de eventos, que esta sí era una convocatoria 100% irresistible.

Para aquellos que no lo sepáis, Tacha es un centro de belleza integral. Es más que una peluquería o un centro de estética, es un oasis de 470 m2 y 10 cabinas independientes dedicadas por completo a la belleza y el bienestar.

Al llegar, los equipos de L’Oreal y Tacha me esperan en la terraza de este último perfectamente aclimatada y con un pequeño aperitivo de bienvenida preparado por el catering Armiñán.

En seguida, me suben a una de las cabinas a probar la nueva gama Aroma Nutrition de Decléor, compuesta por un exfoliante ultrasensorial, que activa los sentidos gracias al aceite esencial de pomelo y cuatro nuevos tratamientos para el cuidado de la piel seca o muy seca (la mía), de textura mu agradable y formulados a partir de un ingrediente legendario: el aceite esencial de pomelo.

Tras exfoliar, nutrir, masagear y subliminar, con mi piel visiblemente mucho más bonita e hidratada, ya no sabía si estaba en Tacha o en el bendito paraíso.

A continuación paso a la zona de peluquería para probar la nueva ceremonia Master Serums de Shu Uemura, una lujosa (lujosísima) marca que hacía infinidad de años que quería probar, incluso antes de que llegara a España. Esta marca es tan exclusiva que solo la encontraréis en 50 peluquerías de las más de 4.000 que hay en España.

Como el tratamiento es personalizado, tras un examen del estado de mi pelo, yo me decanto por el Moisture Master, perfecto para cabellos secos por su alto concentrado en aceite de gardenia y vitamina E. A continuación me lavan la cabeza y con el pelo húmedo me aplican cuidadosamente el producto. Tras otro masaje, esta vez craneal, me aclaran la melena y comienzan a peinar. El pelo aún estaba mojado, pero con el tacto ya se notaba extremadamente suave. Una maravilla.

No me quiero ir. Quiero quedarme en Tacha eternamente y hacerme la manicura y la pedicura, una limpieza de cutis, un urgente y necesario corte de pelo… pero me voy porque he quedado en Café Pino con varias amigas y eso es sagrado.

Ya os lo he comentado en alguna ocasión. Si no lo pruebo no lo creo, y si no lo creo no escribo sobre ello. Y así lo he hecho.

Un beso, con cariño, Ana.