Adiós a Issey Miyake, el japonés que traspasó fronteras

El diseñador ha fallecido a los 84 años de edad debido a un cáncer

Se convirtió – con permiso de Fortuny- en el rey de los plisados y su nombre, el mismo que el de su marca homónima, fue uno de los más reconocidos dentro de la industria de la moda. El diseñador japonés Issey Miyake falleció el pasado viernes 5 de agosto en Tokyo a causa de un cáncer de hígado pero no ha sido hasta esta semana cuando se conocía la noticia. Miyake, muy celoso de su intimidad, murió rodeado de su familia y recibió sepultura en la más estricta intimidad y tal y como ha anunciado el propio estudio del ya postumo diseñador, Miyake Design Studio, no habrá más actos ni ceremonias de homenaje. El discreto diseñador se ha ido tal y como ha vivido: de la manera más tímida y práctica.

De Tokyo a París

El japonés nacido en Hiroshima en 1938, se marchó a estudiar moda en París en la década de los 60 siguiendo sus impulsos artísticos y huyendo de una infancia marcada por la bomba atómica de 1945 cuyos efectos radiactivos le dejaron huérfano de madre con tan solo 10 años y una ligera cojera. Un pasado del que pocas veces hablaba y que cuando lo hacía, era precisamente para manifestar su tendencia a pensar en la belleza, la alegría y la creatividad como forma de vida en detrimento de la destrucción y oscuridad que habían marcado sus primeros años de vida.

Tras haberse formado en la capital francesa con diseñadores de la talla de Guy Laroche y Givenchy, Miyake volvió a su Japón natal donde fundó en 1970 su propio estudio siendo el primer diseñador asiático en desfilar en la Semana de la Moda de París y poniendo a Japón y su manera de entender la vestimenta en el radar fashion.

Campaña fotografíada por Irving Penn en 1988 Imagen: @pinterest

Esa manera de entender la moda no era otra que la de crear piezas estéticas a la vez que innovadoras y prácticas, un binomio que por esos entonces no era algo fácil de concebir y que el japonés convirtió en una constante en toda su trayectoria.

Ese modus operandi de innovación y experimentación le llevó a inspirarse en el mítico plisado Delfos de Fortuny para crear algunas de sus piezas que rápidamente se convirtieron en emblema de su marca y en el Miyake Design Center creó varias piezas experimentales más como sus tejidos cocidos al horno e incluso se atrevió con los perfumes. L’Eau d’Issey es una de sus creaciones más conocidas y cada día se venden millones de frascos de este primaveral perfume alrededor de todo el mundo.

Desfile primavera-verano 2009 Imagen: @pinterest

Del «uniforme» de Steve Jobs al bolso Bao Bao

Aparte de sus trabajados plisados y sus famosos perfumes, otro diseño insignia de la marca del creador oriental es su bolso Bao Bao de formas geometricas y plegables. Una pieza reconocida a simple vista y que la firma ha extrapolado a diferentes creaciones en sus últimas colecciones como gorros, mochilas y carteras.

Imagen: @baobaoisseymiyake_official

Sin embargo, una de sus proezas más curiosas fue la de convertirse en el diseñador de cabecera de nada más y nada menos que Steve Jobs quien, en un viaje a Japón conoció al diseñador y le pidió que le fabricara algunos jerseys de cuello vuelto con la idea de vestir cada día con ese uniforme autopimpuesto para así no tener que pensar cada mañana en qué ropa iba a ponerse. Fruto de esta petición nació entre ellos una gran amistad que duró hasta que el reconocido informático falleció en 2011 a causa de un cáncer de páncreas, el mismo que se ha llevado once años después a su diseñador favorito.