
Llegamos un viernes, a las 20.30 horas, después de cinco horas de viaje, tranquilo, sin atascos. El hotel Londres nos esperaba, junto al mar, frente a la Concha, con todo su romanticismo y su aspecto señorial, en el mismo lugar en el que se abrió al público hace un siglo. ¿Cuánta gente diferente habrá visto, […]