caos

 
Recién llegada del mundo germano no puedo evitar hacer comparaciones, aunque digan que es odioso, y pensar en el desorden que corre por nuestras venas latinas.
 
Cuántas veces he escuchado “hoy empiezo dieta” o “este año voy a llevar los estudios al día”, “seguiré mi agenda para llevar una vida ordenada”… Y siempre es mentira.
Sólo buenas intenciones que al final se quedan en nada.
 
En Alemania todo tiene su lugar y su momento, nada ocurre por casualidad.
 
Antes de ir esta idea de orden estaba en mi cabeza, pero no podía dejar de asociarla con otras características como la frialdad, o que sus ciudades eran inhóspitas y la sociedad alemana aséptica; de igual manera que se relaciona España con el sol, los toros y la fiesta. ¡OLÉ!
Ahora, me retracto de cada afirmación y pensamiento.
Nada mas llegar conocí un hombre que decía ser “Spezialist für Unmögliches”, Especialista en Imposibles, que me confirmó aquellas sospechas que ahora no son más que humo:
 
-“¿Es usted alemán?”
-“Yes… I´m sorry”
Adjetivaba a sus congéneres como “narrowminded”, explicándome que eran cerrados y antiguos, no se atrevían con los cambios y la sociedad se mantenía estancada. Él se consideraba en otro extremo: vanguardista; y le afligía estar adelantado a su tiempo y no poder desarrollar todas sus capacidades en su propio país.
 
A lo largo del recorrido en tren desde Düseldorff a Bonn en su compañía no cesó en espolear mis ganar de arriesgar e innovar, mantener los ojos y la mente abiertos; buscar todas las rendijas a lo establecido y no rendirse nunca.
 
“Imposible” es sólo una palabra inventada por el hombre sin un correspondiente conceptual.
 
Quizá ese orden alemán que tanto me agradó los días siguientes tiene un transfondo de inamovilidad, incompatible con la vanguardia artística o filosófica e incluso antropológica.

¡Tantas veces se ha pintado a los artistas como caóticos! Incluso gran parte reinventan el caos, plasman las contradicciones de su mente en sus obras…

Pero también son detallistas y metódicos. Si no, ¿Cómo dar forma a aquella fantástica idea que surgió en un momento inesperado? Sólo cabe el trabajo y la constancia.

¿Podremos compatibilizar las dos opciones? Creatividad y orden.
¿Y por qué no?

Y, sin embargo, la creación caótica tiene un “noséqué” inspirador que no nace del trabajo, sino de los deseos, pensamientos e ideas más internos.

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