Porque a veces las ideas me llegan a borbotones a la cabeza. Un pequeño detalle desencadena humildes conclusiones. Qué sé yo, para mí son importantes.
Tengo que contarte que ya no creo que en los príncipes azules. Me he hecho mayor a marchas forzadas, y me encanta mi versión 3.0. Creo en los hombres que dicen lo que piensan y hacen lo que dicen. Lo demás es todo relleno barato.
El estilo es un estandarte, y cada uno tiene el suyo. No es una cuestión de presupuesto, para nada. Así que no compares tu boda con la de nadie. Mejor dicho, no te compares con nadie.
Que si de jurarse amor eterno se trata, organiza la celebración que te pida el cuerpo. Pero hazlo con intención, que de eso se trata.
Ya lo he comentado en alguna ocasión. No existen los novios perfectos, ni la boda perfecta. Ella, que todo lo expresa con palabras, llegó a él que todo lo contesta con miradas. Y ahí está el encanto.
Tengo que contarte, ya lo sabes, que la vida son dos días y hay que celebrarla. Así es La Champanera.
Un besote, Ana.
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Eres muy grande Ana! Enhorabuena
Qué bonito y qué verdad!!!
Muy de acuerdo, no existe la boda perfecta, pero cada una es única e irrepetible. ¡Las bodas son preciosas!
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Totalmente de acuerdo, en cada fase de la vida vemos las cosas de una manera pero si la pareja está enamorada lo mejor es casarse y disfrutar este momento, como bien dices la vida son dos dias 🙂