Hoy os invito a que viajéis conmigo hasta Berlín en donde he quedado prendada de este apartamento, que tras ser reformado, ha adoptado un look nórdico lleno de luz y vitalidad.
Un hogar fresco, divertido y acogedor. Amplias estancias conectadas, piezas de diseño y toques de color que hacen de él un lugar hogareño y muy juvenil. Muchas de esas pinceladas de color las aportan los montones de revistas y libros que su propietario apila en la zona del trabajo y en el dormitorio, aparentemente sin sentido, pero de no estar así dispuestos el estilo del apartamento sería totalmente diferente.