La marca española comprueba que la moda puede ser literalmente arte. Carteras que son compases, ramos de uvas, arpas, teléfonos antiguos, circos y manzanas hacen parte del precioso repertorio creativo. Entrevista exclusiva con VANGUARD. Carteras y  zapatos: máximos fetiches femeninos. Ansiamos la clásica de Chanel, la PS1 de Proenza Schouler, la bucket bag de Alexander Wang, la esplendorosa de Celine, la Pyramid de Prada. En general, estas carteras encarnan un objeto de deseo circunstancial, el capricho colectivo y femenino de un determinado momento. No así las de Inés Figaredo. Mientras que las it bags son fruto de la moda – volátil y pasajera – las de Figaredo entrañan un temperamento eterno y ubicuo, por fuera del tiempo y las tendencias. Son espejos de un estilo motivado por laberínticas cuotas de pensamiento y fantasía.

La diseñadora, salida de Parsons y creadora de la línea Arata, combina algunas de sus creaciones con piezas de su armario para una corta estadía en Cartagena. Urbanidad romántica en escenario caribeño. Antes de que el calor comience a sofocar el aire, el sol mañanero de Cartagena roza el festín verde de los jardines en las casas del centro colonial. El interior de la casa donde encuentro a Francris se ve así, cubierto por un velo de luz pacífico y suave. Adentro, un patio central bañado en esa luminosidad, un corredor de piedra colmado de plantas verticales y una enredadera extensa que ha florecido sobre los paredones del jardín.