Bangkok dia 1

¡Ya estamos de vuelta de Tailandia! Ha sido un viaje muy largo pero desde luego ha merecido la pena ya que volvemos cargados de buenos recuerdos y con la satisfacción de haber vivido experiencias inolvidables que estamos deseando compartir con vosotros.

Nuestra primera parada fue la gran ciudad de Bangkok. Nos alojamos en el bullicioso barrio de Chinatown, en el hotel Royal Chinatown Bangkok, muy bien ubicado en la calle Yaowarat, y con una piscina con vistas espectaculares en la azotea.
Llegamos a primera hora de la mañana, y después de refrescarnos en la piscina del hotel, dejamos nuestras cosas y nos lanzamos a descubrir a pie las maravillas de la ciudad. La primera impresión paseando por Chinatown fue de lo más agobiante: el calor, la humedad, las calles abarrotadas de gente, y la mezcla de olores fuertes y desconocidos para nosotros ¡una locura!
Debido a los recientes atentados en Tailandia, a nuestras familias les preocupaba mucho que viajásemos a Tailandia. Gracias a Dios, no se produjo ningún atentado durante los días que estuvimos allí, pero si algo nos hizo temer por nuestras vidas en algún momento, desde luego fue el caótico tráfico en ese país: gente conduciendo sin ninguna precaución, utilizando el teléfono móvil o auriculares al volante, vehículos y motos con más ocupantes de los que debería, respeto nulo por las normas de circulación y los peatones…¡Teníamos que ir con mil ojos!
Recorrimos los mercados ambulantes de Chinatown donde vendían de todo, desde moda low cost y falsificaciones aberrantes, a comida extraña e indescriptible. Nos llamó mucho la atención ver a tanta gente comiendo platos humeantes con un calor infernal en plena calle, muchas veces invadiendo las aceras y cortando el paso.

Pasamos por Wat Traimit, donde se encuentra el famoso Buda de Oro. Nos acercamos a curiosear, aunque sabíamos que para el día siguiente lo visitaríamos con un guía que nos explicaría la curiosa historia del famoso Buda que hay en su interior, así que ese día no llegamos a entrar.

También entramos en un cementerio que estaba vacío pero nos llamó la atención desde fuera. En Tailandia todo es recargado y cualquier templo resulta de lo más curioso para los occidentales que no estamos acostumbrados a verlos.

Seguimos caminando a pie hasta el río Chao Phraya, observando cada calle y dejándonos sorprender. Paramos en un conjunto de casas donde vivían monjes budistas y podían verse sus túnicas tendidas en las barandillas de las terrazas.

A media tarde ya estábamos agotados de tanto caminar y volvimos al hotel para descansar un rato. Al atardecer, fuimos en taxi hacia el hotel Lebua, en la calle Silom para tomar una copa en la terraza Sirocco, famosa por la película Resacón 2: Ahora en Tailandia, que tiene el sky bar más espectacular en el que hemos estado jamás. Como anécdota, comentar que no nos habían avisado que los hombres debían ir con pantalón largo, así que tuvimos que ir al centro comercial más cercano para que Ramón, que iba con bermudas, se comprase un par de pantalones para poder acceder a la terraza. Pero desde luego, la visita mereció la pena, las vistas de la ciudad desde la planta 64 eran de infarto y el cielo nublado se veía precioso con las luces de colores de la inmensa ciudad que se perdía en el horizonte mirases por donde mirases.

Cenamos en la misma calle Silom y cuando volvimos a Chinatown, nuestra calle Yaowarat se había animado muchísimo, las aceras estaban invadidas por puestecillos callejeros de comida y todo tipo de artículos, y los restaurantes 100% chinos a rebosar con sus mesas al aire libre. Todo ello rodeado de miles de letreros luminosos.

Fotografías por: Colubi Light Photo

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