Si hay algo que nos gusta es disfrutar. ¿A quién no? Reunirse alrededor de una mesa con personas interesantes con las que poder compartir historias y, por supuesto, buenas recetas, es una de las mejores formas de hacerlo. Por eso, vivir este fin de semana era uno de nuestros mayores sueños.
Hablamos de la primera edición de «Los amigos de Víctor», una experiencia única, diferente, en donde pudimos disfrutar de la gastronomía desde otro punto de vista, contando con la presencia de dos de los grandes del sector: un chef con doce estrellas Michelin, el inigualable Martin Berasategui, y con un estrellado, Víctor Porto, exinspector de la Guía Michelin y organizador de este primer encuentro entre amigos.
¿El lugar elegido? No podía ser otro que Casa de Indianos. Y es que, si algo caracteriza a este enclave es que es un espacio diseñado para disfrutar de largas sobremesas y de noches únicas en las que olvidarse del despertador. El lugar perfecto para desconectar de la rutina para volver a conectar con nuestro mundo interior. Así que, ¿qué mejor punto de encuentro que este para vivir una experiencia gastronómica de este nivel?
Un viernes por la tarde del mes de marzo fue el momento de reunirnos y comenzar esta aventura en la que alimentar, no solo el estómago, sino también el alma. El gran Víctor Porto, nos recibió con una copa de champagne (escogido por Manuel Costiña, sommelier y propietario del restaurante Retiro de Costiña) en Casa de Indianos, y nos habló acerca de lo que íbamos a vivir durante el fin de semana que con tanta dedicación había preparado. Siendo este el punto de partida en el que entrar en calor, nos trasladamos a El Retiro, un fantástico restaurante con estrella Michelin en Pancar, donde no pudimos cenar mejor. Tras un maravilloso encuentro, regresamos para descansar y prepararnos para disfrutar del día siguiente.
El sábado nos levantamos con un precioso día cántabro, expectantes del brunch que nos había organizado Mar de Esteiro y Víctor Porto en Casa de Indianos. Un delicioso desayuno tardío con apartado dulce, zumos, cafés, y jamón Don Mateo cortado a mano al momento.
Tras el brunch y muchas conversaciones e intercambio de vivencias entre los asistentes, llegó el gran Martín Berasategui, con el que también estuvimos charlando antes de que se pusiese manos a la obra y nos preparase su famoso plato «cocochas al pil pil». Una receta exquisita que tuvimos la suerte de degustar (y de aprender los trucos para cocinarla). Después, se sentó a la mesa con nosotros, mientras algunos de los miembros de su equipo (un chef por cada comensal) cocinaban los más emblemáticos platos del maestro. ¿Qué podemos decir de este momentazo? Pocas veces se tiene el privilegio de probar las recetas de uno de los mejores chefs del mundo mientras él mismo las explica. Y no solo eso, poder conocer su lado más humano, porque no solo derrocha talento sino también mucha humanidad y humildad, es algo que no podremos olvidar jamás. Como tampoco olvidaremos sus palabras acerca de cómo empezó su historia con la cocina y los pasos que ha dado hasta llegar hasta donde está hoy. ¡Fascinante!
Tras la espectacular cena, disfrutamos de una velada relajada compartiendo anécdotas con todos los asistentes (¡qué gran equipo!). A la mañana siguiente, tuvimos un desayuno de despedida donde recordamos los momentos más divertidos de esta increíble experiencia gastronómica que estamos deseando repetir. ¡Os mantendremos informados de la próxima!