Paris, capital del prêt a porter.

Superado el letargo invierno y antes de que apriete el calor, París es el mejor destino para las escapadas de este verano. Lo último y lo eterno se dan la mano en la capital francesa.

La ciudad de los muelles, de los bulevares y las avenidas, de pasado glorioso y presente vibrante sigue siendo una meca turística de primer orden a nivel planetario. Protectora y orgullosa de su pasado, lo cuida y complementa año tras año con propuestas vanguardistas. El eje creado por los paisajistas de la corte desde el Palacio del Louvre –hoy convertido en el museo emblema de la capital francesa– hasta los jardines de las Tullerías, la plaza de la Concordia, los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo, se ha extendido hasta más allá del Sena con el nacimeiento del barrio financiero y comercial de La Défense, verdadero catálogo de arquitectura contemporánea.

Hasta allí hay que desplazarse para ver rascacielos en la ciudad de la luz, ya que, con la excepción de la Torre de Montparnasse, el centro histórico está desprovisto de edificaciones de gran altura. Pero esto no ha impedido que cada periodo de la historia, incluidas las últimas décadas del pasado siglo, haya dejado un símbolo en la ciudad: desde la Torre Eiffel, metáfora del triunfo de la siderurgia en la arquitectura –y lugar predilecto de Óscar Wilde, porque, decía él, estar en ella era la única forma de no verla–, hasta el Centro Georges Pompidou, la pirámide de cristal del patio del Louvre o la Biblioteca Nacional. Como tampoco ha impedido que cada hito haya dejado su escándalo y su acalorado debate entre partidarios y detractores.

A París le sientan bien las polémicas urbanísticas y las novedades. No obstante, buena parte de sus atractivos siguen siendo hoy los mismos que en un pasado no tan reciente, y se emplazan a orillas del río que los vio nacer. Los muelles del Sena, que en los últimos años se han convertido en solárium y casi playa de la ciudad (con arena, toallas y hamacas), siguen siendo un paseo inevitable desde el que alcanzar la Île de la Cité y el imponente gótico de Notre Dame, con sus gárgolas y mitos de jorobados; su vecina, la tranquila Île Saint Louis, o la fachada neoclásica de la Asamblea Nacional, amén de puentes como el romántico de Alejandro III o el animado y peatonal Pont des Arts, que une el Louvre de los consagrados con los estudiantes de la Facultad de Bellas Artes, o el Pont d’Alma, para mitómanos de la monarquía inglesa y nostálgicos de Lady Di, museos como el D’Orsay o jardines como el Campo de Marte, donde se levanta la inevitable e imperturbable Torre Eiffel.

Pero París, claro, ofrece mucho más en cuanto se sale uno de los ejes clásicos. Al Oeste, por ejemplo, encontramos todas las tonalidades del otoño en el Bois de Boulogne, el inmenso pulmón de la ciudad. Y al norte, el kitsch del Sacre Coeur, con una maravillosa vista de la ciudad desde una colina. Montmartre a sus espaldas, sombra de un pasado contracultural de absenta y revoluciones pictóricas; o Pigalle, a sus pies, con el underground de unos prostíbulos caducos y un Moulin Rouge que es mejor recordar a través de la película de Nicole Kidman. O hacia el Este, donde enseguida aparece Le Marais, y algún museo ajeno a las masas turísticas, como el Carnavalet (23, Rue de Sévigné), ampliado y renovado, dedicado a la historia de París y que conserva restos de la Bastilla.

Y más allá de la recoleta Place des Vosges, con la plaza de la Bastilla a un paso, existe todo un barrio a espaldas de la nueva Ópera con una frenética actividad nocturna y callejera, donde destaca la Rue de la Roquette y la bullanguera Rue de Lappe. Al Sur se halla el cuartel general del revolucionario chocolatero italo-belga Pierre Marcolini, que hace joyas con el cacao. Su maison (89, Rue de Seine) es tentación pura: nubla la vista, perturba el olfato y lleva el gusto hasta el mismo cielo. Estamos en la muy burguesa Rive Gauche, con el Barrio Latino, los fantasmas de Mayo del 68, las petites robes noires, el existencialismo y la Sorbonne…

IMPRESCINDIBLES

– Cerca de Les Halles (la Fnac subterránea es insustituible si buscas libros o CD’s) está la Rue Montorgueil. En ella mantienen sus negocios fruterías, tiendas de quesos o vinos y panaderías tradicionales. Si el tiempo acompaña, sus bares y cafés abren sus escuetas terrazas al bullicio de un shopping de vituallas exquisito.

– Una impresionante colección de vestidos desde el s. XVIII hasta el presente (no siempre en las salas), y exposiciones fascinantes (hasta febrero hay una sobre Sylvie Vartan) componen el Museo Galliera de la Moda, 10, Avenue Pierre 1er de Serbie, 75016, París, tel. 00 33 0 156 52 86 00. www.paris.fr/musees.

– Muy cerca del museo de la moda se encuentra el Palais de Tokyo, en la actualidad sede diáfana y multifuncional de diversos proyectos artísticos independientes y alternativos; un espacio entre lo chill y el ambient abierto a los jóvenes creadores y a los formatos más actuales. 13, Avenue du Président Wilson. www.palaisdetokyo.com.

– Un paseo por las calles Bonaparte, Dauphine, Mazarine o St. André des Arts, en la Rive Gauche nos descubre pequeñas galerías, museos como el Delacroix (6, Rue de Furstenberg, www.musee-delacroix.fr), o librerías especializadas en arte como Taschen, también diseñada por Starck (2, Rue de Buci).

RESTAURANTES
L’ATELIER DE JOËL ROBUCHON Casi taller experimental de uno de los top chefs. Precios no excesivos y decoración exquisita. No admite reservas. 5, Rue de Montalembert, tel. 00 33 142 22 56 56.

KONG pura sofisticación. Cocina de inspiración internacional, con el mítico Pont Neuf a tus pies. 1, Rue du Pont Neuf, tel. 00 33 140 39 09 00.

ZÉBRA SQUARE Interiorismo envolvente y exquisita cocina. El imparable desfile de celebrities y la excelente bodega con 5 metros de alto son otros de sus muchos atractivos. 3, Place Clément-Ader, tel. 00 33 145 20 46 41.

TIENDAS
FAUBOURG ST HONORÉ En esta calle tiene sede una buena parte de los clásicos de la moda francesa internacional: Hermès, Dior, Chloé, Chanel, YSL… Palais royale En sus alrededores encontramos la maison Plein Sud (2, Place des Victoires), y al más sofisticado Jean Paul Gaultier (6, Rue Vivienne).

HOTELES
PERSSHING HALL Este edificio –que antes fue sede de los veteranos de la Legión Americana– está rediseñado por el sibarita Andrée Putnam. En sus dependencias encontrarás el Pershing Lounge (en el que tienen lugar las veladas Women on top), así como el restaurante del célebre chef Hervé Courtot con su genial jardín vertical. 49, Rue Pierre Charron, tel. 00 33 158 36 58 00, www.pershinghall.com

HOTEL SQUARE A orillas del Sena, sus habitaciones, invadidas con motivos geométricos y rayas en suaves blancos y grises, son un espacio de tranquilidad y confort. 3, Rue de Boulainvilliers, tel. 00 33 1 44 14 91 90, www.hotelsquare.com

MÁS INFORMACIÓN
MAISON DE LA FRANCE Tel. 807 11 71 81, www.franceguide.com.

AIR FRANCE Vuelos diarios desde las grandes ciudades españolas, tel. 901 11 22 66, airfrance.com/es

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *