¡Chinchín!

Pues sí, winelovers, vamos a brindar por la vida, y por este blog. Lo que nos gusta un brindis, ¡eh!
Un brindis es señal de celebración. Y con una copa en la mano, llena de un buen vino, celebrar es muy sencillo.

Un poco de historia. El acto de brindar se remonta al siglo IV antes de Cristo, en la Antigua Roma. Se empleaba como comprobación de que el de enfrente no quería asesinarlo mediante el envenenamiento. Al brindar, golpeaban la copa tan fuerte que el líquido de una copa pasaba a la otra y así quedaba claro que no había veneno, ya que los dos iban a beber lo mismo. Esto evolucionó en brindar por placer. Porque el oído era el único sentido que no disfrutaba del vino, por lo que, al chocar las copas el oído ya jugaba en la misma liga que el gusto, olfato, vista y tacto.
Hasta aquí, ya tenemos claro de dónde viene el acto, pero ¿y la palabra brindis? Pues viene de la frase alemana bring dich que significa “yo te lo ofrezco” y que lo pronunciaban al brindar.

Wine toast

Un origen muy curioso como curioso es el momento del brindis. Es un acto que tiene su protocolo. En primer lugar, nunca se debe brindar con agua (dicen que da mala suerte). Si vas a conducir, o no puedes tomar vino, llena la copa para el brindis aunque luego no vayas a beberlo. Tradicionalmente se brindaba con champagne aunque cada vez es más común brindar con vino o cerveza (en Hungría nunca brindes con cerveza, es una falta de respeto y hasta 1998 estuvo prohibido por ley). Cuando las copas están llenas se elevan. Hay que agarrarlas del pie o del tallo, nunca del cáliz y existen varios motivos. El principal es que el vino necesita conservar su temperatura, y al sujetarla por ahí, nuestra temperatura corporal puede modificar la del jugo. Y, por otro lado, las copas deben quedar libres en el momento de levantarlas para hacer el brindis (cuestión estética).

A continuación, se puede hace un acercamiento hacia alguien en concreto, pero no se golpean las copas entre sí. Si estamos brindando con copas de cristal, fino, delicado, corremos el riesgo de que se rompan.

woman-wine

En el momento de brindar, las personas se deben mirar a los ojos y transmitir al otro que realmente le desean lo que el encargado del brindis ha dicho en su discurso. Mirar a la copa dicen que es señal de mala suerte.

Ahora llega el momento de beber. Al parecer, no beber después del brindis es no completarlo y por lo tanto mala suerte. A sí que, ¡salud!.

Y ahora nos toca brindar a nosotros después de esta lectura. Vamos a llenar nuestra copa con los vinos de Finca La Emperatriz. Un vino que Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia y propietaria de una finca de viñedo, presentó en la Exposición Universal de París en 1878 y que consiguió uno de los premios que se otorgaron a los mejores vinos. Podéis conseguirlo en vente-privee durante esta semana.

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¡Por vosotros!

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