Ultimamente tengo un poco revolucionado a Antonio. Creo que le he agotado con el tema de las fotografías. Tanto, que cada vez que veo un momento para inmortalizar, se da la vuelta y me dice ‘NO MÁS FOTOS‘ ¿Y qué hago yo ahora sin mi modelo favorito?
La culpa de todo lo tiene Instagram. No hay duda. Cuando sólo se trataba del blog le conseguía convencer con un merecido premio después. Pero ahora, siempre con el móvil en la mano, cualquier momento es necesario plasmarlo.
Antonio, que ya tiene 6 años, se agota. Y hasta se enfurece si escucha un click en el móvil. Y en el fondo, creo que es normal.
Así que, tendré que respetarle… No me queda otra. Eso sí, luego está encantado de verse en las fotos. Sentimientos contradictorios o agotamiento de tener una madre tannnnn pesada.
Este día le acabé enfadando pero con cada movimiento veía una foto… Todo lo contrario que su hermano Jaime. Mientras Antu se niega, Jaime corre hacia el objetivo gritando: a mí, a mí!
Que ricos por favor!!! Le
Entiendo! Pero intenta convencerle porque es taaaannn guapo!!
Mi hijo mayor tiene 9 años y la pequeña 6 años , dependiendo del momento y de la situación , tengo plena libertad para sacarles fotos . Pero en muchísimas ocasiones se cierran en banda y no hay manera alguna
de sacarles un foto , menos aún juntos ; (
Llegamos al enfado , tanto por parte de ellos con por mi parte . Me pongo triste por que hay momentos especiales que me gusta inmortalizar para que ellos los puedan ver cuando sean grandes . Pero bueno, los niños son así ; )
Feliz día .
Nuria U.C.
jaja, te entiendo.
Vivo fuera y le hago a mi hija mil fotos, para su abuela…
La tengo frita, me ve coger el mvl y ya me llora! Tiene 15 meses
Pero si, dile que estamos deseando verle y… que gran parte del éxito de su mamá es gracias a él, y su sonrisa 🙂