Hoy nos colamos en el dormitorio de Lola, una pequeña muy afortunada porque la reforma que han hecho de su habitación es impresionante. De un cuarto simple y totalmente vacío, sin ningún elemento de cuál partir a la hora de crear, a un dormitorio acogedor, personal, divertido, relajado y muy práctico.
De un simple cuarto al dormitorio de una pequeña princesa
Sí es cierto que la habitación cuenta con dos elementos importantes que se debían sacar partido, por un lado sus techos altos y, por otro lado, una ventana que cubre toda una pared y facilita mucho la entrada de luz natural.
Lo primero que se hizo fue pintar las paredes y levantar el suelo para descubrir la tarima de madera original que se ha pintado de color blanco. Los tonos usados para el dormitorio son todo un acierto porque, aunque, claramente podemos deducir que se trata del cuarto de una niña y no de un niño, no se ha marcado de una manera tan obvia, lo que, además, da lugar a que Lola pueda crecer en este cuarto sin sentir que está en una habitación demasiado infantil para su edad, a medida que pasen los años.
La pared se ha pintado en dos tonos, la parte baja en una gama luminosa que está entre el azul, el gris y el verde… Y la parte superior en blanco, para que el ambiente sea lo más luminoso posible.
El alféizar de la ventana es un plus total, pues al cubrir toda una pared nos aporta de manera natural una estantería adicional al cuarto para colocar en él todo lo que queramos.
La cama de Lola es de segunda mano, tal y como cuenta su madre, la autora de esta reforma, les costó únicamente 20 euros. Es una cama de líneas vintage que era roja, pero la pintaron de blanco para que encajara en el estilo de la habitación. La ropa con la que han vestido la cama es confortable y acogedora, igualmente en tonos soft y con estampados infantiles pero no demasiado radicales, de hecho, cuando Lola tenga 10 años más, seguramente siga amando su manta de lana y sus cojines estampados.
Distribución de zonas
El dormitorio tiene cuatro espacios muy bien definidos: la zona de dormir (la zona de la cama y la mesita de noche), el escritorio para trabajar, una zona de lectura junto al ropero y la zona de juegos, a la entrada, en donde hay un armario en donde Lola tiene a su alcance todos sus juguetes y, lo más importante para ella, su baúl de los disfraces, un baúl vintage restaurado en donde ella cada día decide qué sacar y a quién representar, ¡toda una artista!
Este ‘antes y después’ es un gusto para los amantes de la decoración, se trata de una habitación infantil dulce, acogedora y divertida. Un dormitorio atemporal, de líneas sencillas y colores neutros, un ejemplo para darnos cuenta de cómo podemos sacar partido de cualquier estancia y cómo con piezas low cost podemos conseguir ambientes encantadores y personales.
Además es un ejemplo también de distribución, a veces no recaemos tanto en la decoración de un cuarto infantil y, realmente, es mucho más importante que un salón o un cuarto de baño, se trata del cuarto de nuestros pequeños, un lugar en el que pasan el mayor tiempo del día, en donde se sienten ellos mismos y en donde aprenden a jugar, a descansar, a ser responsables… en donde se refugian, en donde descansan… Un lugar para todo. Por eso conseguir delimitar espacios para que ellos mismos sepan diferenciar momentos, ordenar, jugar, estudiar, recoger… Es esencial para un crecimiento adecuado, para su felicidad y, por supuesto, para la de los papás.