Los pequeños espacios para vivir nos gustan especialmente porque representan un reto a la hora de organizar las estancias de forma ingeniosa y que además exista un orden. Muchas veces este reto y la propia necesidad de «sacar espacio hasta por debajo de las piedras» hacen que se conviertan en auténticos lugares originales e únicos. Si este es tu caso, no desestimes ningún rincón, ponte frente a él y búscale la utilidad con imaginación.
Este estudio de tan solo 36m2 es la prueba de que sí se puede vivir con pocos metros. Tiene un recibidor, la cocina, el baño y solo una habitación, donde se las han tenido que ingeniar para que la zona de estar y la cama puedan convivir juntas. El resultado es un estudio coqueto y acogedor que no le falta de nada de lo que tiene que tener una casa, eso sí… más de dos aquí son multitud.














