
Hoy os traigo un apartamento que que rebosa alegría por los cuatro costados. Tonos pastel que nos van adentrando un poco en la primavera, que la verdad es que en estos días en los que el sol se deja ver, apetecen ya colores más luminosos y vitales. Es un hogar al más puro estilo escandinavo, con una decoración delicada y nada recargada.
Y es que esta monada de casa no deja lugar a la improvisación, cada detalle está minuciosamente estudiado: desde las sillas Charles Eames en la cocina y en el dormitorio de los peques, hasta el suelo de baldosa en blanco y negro de la cocina, la nevera de la firma Smeg en color rosa, los textiles estampados escogidos para el dormitorio principal, la gran bañera y la impresionante lámpara del cuarto de baño…
Cada estancia enamora por sí sola y el conjunto nos regala, como veréis, una casa alegre, acogedora y llena de vida.











