¿Quién no querría vivir en este vibrante apartamento nórdico? Sobre un lienzo blanco en el que predomina una decoración de tonos grises y negros nos encontramos un contraste de lo más fresco debido al uso de colores vitaminados, como el verde de las sillas de la sala de estar y el amarillo limón de los armarios de la cocina.
Se trata de una casa sobria, sencilla y muy luminosa, con una decoración más bien austera en donde solo se ha incluido lo estrictamente necesario, piezas, todas ellas de diseño y con estilo, pero sobre todo funcionales y necesarias para que sus inquilinos vivan cómodamente.