Fitness sí, pero no a cualquier precio

Últimamente nos hemos pronunciado muchas personas por Snapchat a cerca de los extremos a los que se está llegando y de las prácticas que se consideran ‘fitness’ pero que realmente, tal y como yo entiendo este concepto, no creo que lo sean… En mis snaps de hoy os enseño los productos más procesados que hay actualmente en mi casa, por si queréis verlo. 🙂

Una vida fitness es una vida saludable, equilibrada, plena… Una vida activa en donde cuidamos nuestro cuerpo por dentro y por fuera con ayuda del deporte y de una alimentación limpia y adecuada.

Pero en este segundo punto, la alimentación, estoy viendo algunas cosas  que no llego a comprender y que no comparto. Una cosa es comer limpio, el famoso ‘eat clean’ pero comer limpio no significa comer camuflado. No digo que para dar un giro a nuestro estilo de vida, cuando la persona parte de una alimentación descuidada, a base de fast food, procesados, etc, existan en el mercado ciertos artículos que nos ayuden a que este nuevo estilo de vida sea más llevadero, pero no deben de ser la base de nuestra dieta ni mucho menos. Un sirope Fat free, salsas cero calorías, harinas saboreadas y edulcoradas, pollo enlatado, hamburguesas sabor kebap y chorizo, saborizantes queso de cabra o parmesano… ¿Qué está pasando?

¿No es más natural espolvorear un poquito de parmesano de verdad en nuestra pasta de espelta o poner unos pedacitos de queso de cabra en nuestra ensalada? Si medimos nuestro consumo de grasas diario, no hay porqué temer a la comida real.

Cuando yo decidí cuidar mi alimentación, ya ni lo recuerdo, porque sinceramente, yo no soy el mayor ejemplo de ‘antes y después’, yo, desde que tengo uso de razón me he cuidado y he tenido muy en cuenta lo que metía en mi carrito de la compra y, para mi, el sabor natural de una nuez de macadamia, el sabor de unas gachas de avena endulzadas con stevia y aromatizadas con limón y canela o la textura y el sabor de un salmón fresco al horno con un chorrito de limón o mostaza, estos sabores son realmente un placer para mi paladar, un gusto y, ni mucho menos, un esfuerzo.

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En esta imagen os muestro lo más procesado que tengo ahora mismo en casa, he olvidado mostrar alguna cosa más como unas tortillas de maíz y un pan de cereales alemán, ah! y unos sobres Bolero, porque de vez en cuando me hago gelatinas.

Por eso repito, entiendo que ciertos productos del mercado ayuden a que esa transición que algunas personas tienen que llevar a cabo, les ayuden a acostumbrarse a sabores desconocidos y, poco a poco, valorarlos y enamorarse de ellos. Pero lo que no puede ser es que nos volvamos locos y entremos en un bucle pensando que lo sano tiene nombre raro y nos creamos que sea saludable un bote en donde leemos 0 calorías, 0 hidratos, o que sabe a fresa pero que en los ingredientes no hay ni un 10% de fresas naturales… Esto sano no es, un disfraz, un aderezo, un incentivo para que, si llevamos años comiendo mal, con esto consigamos adaptarnos a una dieta más limpia sí es, pero no debe ocupar ni siquiera el 50% de nuestra despensa.

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La mermelada que he usado en estos pancakes es totalmente natural, hecha a modo exprés con frambuesas naturales y aceite de coco.

Y pensadlo bien, una Quest Bar, una Yippie, unas ‘Oreo’ Black Max…. Al final todas estas cosas las adquirimos para un capricho, un momento de ansiedad… Yo soy la primera que ha tirado el dinero a la basura con algunos de estos productos, de todo se aprende, algunas cosas las he considerado salvables y otras muchas me han parecido auténtica basura y, a día de hoy, el día que quiero un capricho o necesito un pedacito de placer, sin duda elijo unas galletas Gullón, que para eso son de mi tierra :), una barrita Body Genius, que me han sorprendido para bien, una tostada con mantequilla de cacahuete, un trozo de chocolate Lindt más o menos puro, si quiero me doy el gustazo y voy a lo loco comiendo uno con leche :P, o salgo con mi novio a disfrutar de una buena cena y a compartir un rico postre casero y una buena copa de vino.

Hay ciertas cosas que no debemos quitarnos, si guardamos esos momentos en sociedad para disfrutar de placeres para nuestro paladar y durante la semana somos coherentes con nuestra alimentación en un elevado porcentaje, no tendremos que volvernos locos mirando dónde comprar  según qué cosas…. La famosa Nut Choc, yo sinceramente, ni los que pone en el etiquetado ni su textura (visto a través de la pantalla del móvil) me han convencido, prefiero comprarme una mantequilla natural de avellanas y chocolatearla con cacao puro, untarla en un buen pan de espelta de masa madre y disfrutar de la vida con cosas que son ALIMENTOS  en mayúsculas, que son energía, gasolina para el cuerpo y que con medida nos aportan todo lo que necesitamos, ni más ni menos.

No conviertas el fitness en un estilo de vida disfrazado y suplementado

Y solo he querido entrar en el tema despensa de cocina, no he querido ni mencionar la suplementación, pero amigos, debemos diferenciar las cosas, yo soy la primera que sigo a muchos perfiles, de todo tipo, cada cual me aporta una cosa, pero también tengo presente que cada cual tiene sus metas y sus vidas; me encantan algunas chicas que sé que compiten y que un estilo de vida tan sacrificado es prácticamente su profesión, pero un arquitecto, una enfermera, una periodista, una profesora, una dependienta… ¿De verdad creéis necesario hacer el sacrificio que esta gente que compite a nivel profesional hace? Si ellas mismas reconocen que llegan a extremos y a dietas que ni son sostenibles en el tiempo ni sanas, son puntuales y para un objetivo muy concreto… No hagamos locuras gente y, por favor…

Entendamos el Fitness como lo que es, un estilo de vida en donde prima el bienestar y la salud tanto del cuerpo como de la mente.

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Esta es una muestra de los productos SALUDABLES que hay en mi despensa, como veis la mantequilla de cacahuete nos dura medio telediario en esta casa, jajaj.

2 comentarios en “Fitness sí, pero no a cualquier precio

  1. Me ha encantado esta entrada (he visto un comentario tuyo en Instagram). Estoy deacuerdo al 100%, aunque también es cierto que cada vez más se tiende a ese tipo de alimentación 0% azucares. 0% grasas, 0% hidratos (como si fueran el demonio por cierto)…en definitiva 0% salud. Me encanta (ironía) ver esos helados sin azucares añadidos pero con polialcoholes mucho perores que un poco de azúcar.
    Yo mismo me he visto tentado (y he comprado este tipo de productos). Por qué no comprar ese helado que da el pego y dice que no tiene azucares?.
    Enhorabuena por tus reflexiones.

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