Las camisetas son un básico en nuestro armario los 365 días del año. Siempre hay una ocasión, sea la estación que sea, que las necesitamos en nuestros looks. Aunque eso sí, cuando llega el verano dejan de ser básicos para convertirse en prendas imprescindibles. Su comodidad, frescura y diseño hacen de ellas la pieza ideal para casi cualquier estilismo en los meses más calurosos. Lisas, con dibujos, de estilo cropped… Hay infinidad de opciones y a continuación te vamos a enseñar cómo sacarles el máximo partido.
Cómo combinar las camisetas de verano
Con un vaquero o un short siempre es una buena opción. De hecho, no hay nadie que no haya apostado por este mix alguna vez en la vida. Por eso, nos desmarcamos de los clásicos para proponerte otras alternativas que también funcionan a la perfección y te aportan aún más personalidad y originalidad.
Mezcla de estampados
¿Quién dijo que combinar estampados era arriesgado? Camille Charriere nos demuestra que este mix no solo no es arriesgado sino que además es súper cool. Haz como ella, atrévete a ponerte unos pantalones de leopardo con una camiseta de dibujos y ¡gana!
Falda y botas
Una minifalda vaporosa y una camiseta básica blanca siempre es un acierto en verano. Además se le puede dar muchas vidas y según los complementos que utilices puedes llevar este look tanto para salir por la noche como para un día a la oficina. Coco Constáns lo lleva con botas militares y nos encanta para un plan de tarde. Si quieres lucir este conjunto por la noche solo necesitas unas sandalias de tacón bonitas y listo. ¿Para ir trabajar? Las clásicas bailarinas negras serán tus aliadas.
Camiseta con traje
Los trajes también son para el verano. Eso sí opta por tejidos ligeros sino quieres morir en el intento. ¿Con qué combinarlos? Por supuesto con una camiseta de verano. Así lo hace Ezbaide G. Escoto y el resultado no puede ser mejor.
Estilo militar
El estilo militar nos encanta para el verano y Mafalda Patricio es la clara prueba de que queda genial en esta época del año. Camiseta oversize, pantalones anchos y botas con cordones. ¿Puede ser más guay?