Nuestra piel necesita unos cuidados diferentes según vamos cumpliendo años ya que las necesidades de esta cambian con el paso del tiempo. Una piel joven y una madura, por ejemplo, son completamente distintas: por lo tanto, debemos cuidarla de distinta manera. Así que, tengas la edad que tengas, continúa leyendo porque aquí te contamos la rutina facial que mejor se adapta a ti.
Rutina facial para todas las edades
Si bien es cierto que cada edad tiene unos cuidados y productos específicos para ella, también hay denominadores comunes en la rutina facial de todas las mujeres (tengan los años que tengan).
– El primer punto en común es la limpieza. Todas y cada una de nosotras tenemos que poner en práctica este ritual antes de comenzar con nuestros tratamientos.
– El segundo, la protección solar. Es fundamental protegerse del sol a cualquier edad y en cualquier época del año. De ello dependerá la salud y aspecto de nuestra piel.
La piel a los 20
Si estás en este momento de tu vida, seguro que gozas de una piel radiante, tersa y con mucha vitalidad. Al igual que tú, tu piel es muy joven. Pero no por eso debes olvidarte de cuidarla. Y es que, por muy bien que veamos nuestra tez, debemos prestarle atención si no queremos que luego nos pase factura.
¿Qué necesita nuestra piel a los 20? Mucha hidratación pero sin excesos. En esta década debemos, además de limpiarla y protegerla, hidratarla por la mañana y la noche con cremas según la tipología de esta: seca, mixta o grasa. También, tendrás que exfoliarla una vez a la semana.
La piel a los 30
Aunque con 30 años sigues siendo muy joven, a esta edad ya se empiezan a notar los primeros signos de la edad como pequeñas arrugas o líneas de expresión. Así que llegado este momento, hay que comenzar a incluir nuevos tratamientos a nuestra rutina facial.
¿Cuáles? La mascarilla una vez a la semana (ahora hay que darle un extra de hidratación a nuestra piel). El sérum antes de aplicarnos nuestra crema habitual para potenciar sus efectos. Y el contorno de ojos para evitar, en la medida de lo posible, las temidas patas de gallo.
La piel a los 40
Si en la década de los 30 los primeros signos de envejecimiento y las líneas de expresión son nuestra principal preocupación, cuando llegamos a los 40, le ponemos el foco a las manchas y a las arrugas más marcadas.
¿Qué tratamientos debemos utilizar a partir de los 40? Todo lo anterior añadiendo productos más nutritivos y que contengan vitamina C. El sérum tiene que elijas tiene que, preferiblemente, contener esta vitamina y que además sea reparador. La crema de noche tiene que ser aún más nutritiva y con una mayor concentración de activos (ácido hialurónico, colágeno…) ya que tu piel lo requiere. Además, debes prestarle más atención a tu cuello y escote, esos grandes olvidados.
Pieles más allá de los 50 años
Cuando llegamos a los 50, a las preocupaciones anteriores también se le suma la de la flacidez. Ya no solo basta tratar las arrugas y manchas, ahora también tenemos que enfocarnos en la firmeza ya que la piel comienza a descolgarse. ¿Cómo? Además de seguir cuidándonos como hasta ahora y con productos específicas para esta edad, también podemos complementarlos con suplementos orales de colágeno y ácido hialurónico, ya que cuanto mayor somos, menos cantidad produce nuestro cuerpo.
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